Las Mujeres Perfectas

Revisar la cartelera televisiva de vez en cuando, te regala estas pequeñas sorpresas, que sabes, irremediablemente, que solamente tú vas a disfrutar y apreciar. Y no porque seas una friki (definición que no voy a relatar más que nada por la que leí hace un semana en un periódico), sino porque tienes esa visión tergiversada de lo que puede estar bien o no. El caso, que me lío, es que ayer volví a ver Mujeres Perfectas con una estupenda Nicole Kidman, que demuestra que es algo más que una cara bonita y un cuerpo impresionante, que más de una ya quisieras para nosotras.
En fin, que reír de nuevo al son del baile de la batidora, y troncharte con un estúpido perro robot, estuvo bien, aunque claro, la moraleja final de la perfección es mala, no existe una vida plena feliz, y las mujeres por muy guapas que sean, por muy lejos que lleguen en sus carreras profesionales, y por mucho que sean sus maridos feos que alucinas, pues son simpáticas, amables y saben lo que es el equilibrio raya un poco. Pero es una pena que una película como esa pasara sin pena ni gloria.