
Pues nada, plantada en mitad de una sala casi llena -es lo que tiene siempre recibir un premio, que estás de moda, o eso dicen por lo menos-, con la gente en silencio, cosa rara, y todos expectantes ante lo que nos íbamos a encontrar. Y debo confesar que no ha habido decepciones. Ves lo que te esperas, porque tampoco te esperas una obra maestra, simplemente una película que te haga pensar sin demasiadas moralejas, y que te llene el cerebro de pensamientos que a veces olvidamos. También se olvidan los protagonistas de soñar, también de entender que la vida no es mejor o peor por lo que haces sino por lo que quieres hacer, y también olvida el director que entre los perdedores siempre hay perdedores, porque ganadores-ganadores no muchos. Así es la vida, un carrusel del que colgarse y agarrarse para no caer.
Y como tampoco queremos caer en moralejas, y en vista de lo mucho que hemos tardado algunos en ir a verla, que cada uno elegia, no?
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