sábado, 20 de enero de 2007

Apocalypto

Antes de sentarme delante de la pantalla de cine, decidí, aunque no sea muy habitual en mí, informarme sobre la nueva película de Mel Gibson, y el resultado fue desesperanzador. Las voces que se han alzado en contra de su nuevo trabajo han traspasado el globo terraqueo y todos, incluso aquellos que no lan han visto como Rigoberta Menchú, afirman que la visión que Gibson ofrece en su película de la civilización Maya no puede estar más desenfocada. No soy ni una experta ni una estudiosa en la materia, pero por lo poco que he leído creo que tampoco los Mayas eran tan cándidos como quieren hacernos pensar ahora. Es conocido los ritos a los que solían sometar a infantes, mujeres y prisioneros, y alguién debió levantar sus edificaciones con algo más que la estimable ayuda de sus conocimientos físicos, aritméticos y astrológicos. Pero no soy quién para rebatir tan respetadas opiniones, aunque sí abogaré a favor de la película de Gibson.
Lo único que creo se puede reprochar es la excusa narrativa en la que se basa para mostrarnos la decadencia del mundo Maya. Apocalypto es una película de supervivencia, una historia donde el hombre se enfrenta a si mismo y al mal del mundo (encarnados en cualquier condición: humana, animal o natural). Han criticado también a este cineasta por su gusto en regodearse en las acciones violentos, donde la crueldad humana no conoce límites humanos. Pero teniendo encuenta lo que oímos y vemos en los medios de comunicación, no creo que Gibson invente nada que antes no haya el ser humano puesto en práctica.
Es de agradecer también su apuesta por rodar en Maya, porque solamente en este idioma ancestral esta película puede tener cohexistencia. Un grito en salvación de esta película que espero llene salas de cine a pesar de todas las voces críticas he se han dejado oír.

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