viernes, 17 de noviembre de 2006

La Lumière


Las ilusiones se visten siempre de amargura y esperanza, porque en ellas encontramos la frustración y la alegría en la misma dosis, como el veneno que se bebe por amor y por odio tal amantes desesperados, o por simple osadía de retar al mundo como David lo hizo contra Goliat. Desde que el mundo es mundo y gira sobre si mismo, el planeta se ha ido poblando de ilusionistas e ilusionados, todos ellos con un único sueño en la cabeza, dejar su efímera huella en un planeta del que poco o nada comprendemos.

A su manera, unos y otros nos ha hecho reír o llorar, amar u odiar, vivir o morir; todos ellos también a su manera, han dejado gabrado en la retina de nuestras miradas imágines imborrables, desde esa apabullante Juana de Arco de mirada fría y recortada, hasta la sonrisa congelada de los niños de las Tortugas también vuelan. El cine es algo más que imágenes que pasan, es algo más que una sucesión acelerante de palabras y acciones, el cine lo definió perfectamente Totto a su maestro: es toda y nada más que mi vida.

1 comentario:

alex(andra) dijo...

escribes tan bien...
y además sobre cine...
eres un talento.